Miedo escénico

Hace cosa de una semana, un día normal, de mi vida normal, recibo un email de mi tutor de tesis, un email normal. Lo que ya no era tan normal era el contenido, o al menos no lo era para mí. En este email, entre otras cosas, había una pregunta que me dejó sorprendido. ¿Te vienes a un congreso en Valencia? Tienes un mes para completar el artículo y los experimentos, realizar los análisis y preparar un poster. Paga el departamento. Se me cayó el alma a los pies. En los últimos tiempo me había tomado el asunto del doctorado bastante "relajado". He estado atravesando una fase un tanto nihilista y la verdad es que no he estado motivado para muchas cosas más allá del trabajo. Sin embargo, esta propuesta me recargó el chip. ¿Un congreso?, ¿internacional? ¿presentar mi "investigación" ante la flor y nata del área?. Me lié la manta en la cabeza y acepte, evidentemente, pero ahora me comienza el miedo escénico, los resquícios de la fobia social de mi adolescencia y, para qué negarlo, el miedo a no estar a la altura.
Es cierto que lo normal para un doctorando de 3er año son los congresos, ponencias y posters, pero hasta ahora, al tomarmelo tan "light", parecía que esto no me llegaría a mi. Pues me ha llegado.
Lo que me realmente me sorprende es que mi tutor haya decidido mandarme, dado mi falta de interés en los últimos meses por la investigación en cuestión. Sin embargo, creo que ha dado en el clavo, este profesor ha encontrado la forma de ponerme las pilas y darme las metas cercanas y los objetivos tangibles que necesitava mi motor motivacional para volver a andar.
Tengo que decir que soy afortunado, no todos tienen la suerte de contar con el apoyo la motivación y la confianza que mi tutor deposita en mi.
Gracias A. D.

P.D.: Allá por abril andaré por Valencia, ¡allí nos vemos!