domingo, octubre 30, 2011

Intrusismo

Andaba yo documentándome sobre el Síndrome de Fatiga Crónica, por motivos tanto laborales como personales, cuando me topo con esta perla en un artículo:

"La Terapia Cognitiva Conductual ha demostrado claramente su utilidad en la mejoría sintomática, en el grado de adaptación y en la mejoría de la calidad de vida de los pacientes con SFC (Síndrome de Fatiga Crónica). La terapia cognitiva debe realizarse por personal cualificado y con experiencia en el tratamiento de pacientes con SFC, ya sean psiquiatras, psicólogos clínicos, enfermeras terapeutas o fisioterapeutas entrenados. El tratamiento recomendado suele durar de 4 a 6 meses, a razón de 1 h semanal en general, en régimen ambulatorio". http://www.acsfcem.org/ficheros/archivo/CONSENSO%202002.pdf

Para quien no esté metido en el ajo, hasta hace prácticamente nada (meses), y aún no tengo yo muy claro que esté ya la nueva ley en vigor, el trabajo del psicólogo estaba absolutamente encorsetado, limitado y rebajado a cotas insultantes. Hasta hace nada, la LOP (Ley de Ordenación de Profesiones) no contemplaba la psicología como una profesión sanitaria. Esto tenía una serie de "sutiles" consecuencias, entre ellas simplemente no dejarnos ejercer nuestra profesión (así, literalmente). Es por esto que si no se estaba en posesión del título de Especialista en psicología clínica (siendo la única vía para obtener este título el PIR: Psicólogo Interno Residente), directamente no podíamos ejercer con la ley en la mano. El psicólogo no podía tener su consulta y ejercer su labor profesional, no pudiendo ejercer ninguna de las áreas de trabajo para las que se te forma durante tus años de universidad. Es que por no poder, hasta estaba prohibido que figurara la palabra "psicología" en el directorio de especialidades de una clínica o centro médico, donde, ironías de la vida, si podían figurar fisioterapeutas, logopedas, etc.

El grado de escarnio alcanza tales cotas, que si bien la psicoterapia o la intervención psicológica no podía ser ejercida por un psicólogo que no tuviera la titulación PIR (siempre atendiendo a la LOP, porque muchos compañeros siempre se lo pasaron por el forro de los cojones, arriesgándose a que les denunciaran, más que nada porque los psicólogos en posesión de ese título son poquísimos), no existía objeción legal alguna para que otros profesionales (pedagogos, trabajadores sociales, etc.) si lo realizaran (pese a que, siento decirlo, estas especialidades no tienen ni puta idea del tema). Me he cansado de ver a todo tipo de sujetos (desde pedagogos a inútiles con un graduado escolar y un curso de CCC de coaching) ejerciendo de terapeutas de todo tipo de floridos problemas, desde depresiones a enfermedades mentales crónicas, campo de trabajo natural del psicólogo... pero que precisamente a él no se le permite ejercer.

Todo este rollo viene a colación del párrafo inicial, donde se puede extraer una idea bastante simple: ¿no tiene usted un psicólogo o un psiquiatra a mano?, tranquilo, si tiene un enfermero o fisioterapeuta con un cursito de viernes y sábado se puede usted ahorrar un especialista (que encima escasean los PIR). Me gustaría encontrar esta misma mierda con otras especialidades, "¿necesita usted un cardiólogo? ¿para qué, si basta un masajista que haya visto todas las temporadas del Dr. House?". Con todos mis respetos para los/las enfermeros/as, trabajadores/as sociales, pedagogos/as, titulados CCC, ministros de trabajo y demás hierbas, métanse en sus propios asuntos.

jueves, octubre 27, 2011

Encuesta y nuevo diseño del blog

¡Eh! Abajo a la derecha hay una encuesta. ¡Vota, ahora que está de moda!

Sugerencias en los comentarios si place...

miércoles, octubre 26, 2011

13,99€

Irreverente

"13,99€" de Fréderic Beigbeder es una novela de la cual no tenía ni idea de que iba ni de que existiera, el autor no me sonaba de nada... y quien me la regaló me puso esa carita de qué fea es la ignorancia.

En mi modesta opinión, tiene muchos elementos que hacen que una idea, sea novela, película o canción, cause furor: Autobiográfico, de base argumental parcialmente verídica, lleno de sexo, tacos, fantasías de prenderle fuego al mundo y ese punto bombing the system al estilo "El club de la lucha"

Un publicista empleado de una multinacional, asqueado de su trabajo, del dinero y de la superficialidad, le entra un arrebato autodestructivo y decide mandarlo todo a la mierda, empezando por intentar que lo despidan. Por ironías de la vida, cuanto más cafre, más triunfa, entrando en una escalada de ascensos, sexo y cocaína que acaba degenerando en una delirante parodia surrealista que tiene la credibilidad de un cactus y la idea segura de que lo más biográfico de la novela es el abuso de las drogas por parte del autor. 

En general, fantástico inicio, gran nudo, buen desenlace... y el final, para gustos, colores.

domingo, octubre 23, 2011

Señores que piden un té...

Yo soy de esos hombres a la antigua, que cuando van a un bar y piden un té con hielo, quieren eso, un simple té con hielo. Si, un té normal, de bolsita, de los del Mercadona, con un vaso con hielo para echarlo y que esté fresquito.

Me la pela que sea rojo, blanco, negro, fucsia-morado-lila, con aromas, sin aromas, con poca-mucha-alguito-muchísima-trazas- de cafeína, en sobre, en infusor (¿se llama así?), soluble, con azúcar moreno, blanquilla, sacarina, con sabor a frutas del bosque, frutas de la huerta, calabaza blanca, jazmín, armadillo de hanuka, semen de piraña...

Solo un puto té con hielo... y como me preguntes si el hielo con agua del grifo o mineral...

¡Esta es la España que nos deja Zapatero!