sábado, julio 25, 2009

Olores

"Los libros sólo tienen dos olores: el olor a nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado, que es todavía mejor"

Ray Bradbury

lunes, julio 13, 2009

Sesuda reflexión fente a la carta del banco

Las cuotas de los colegios profesionales es lo más parecido al impuesto revolucionario que puede tener un currante. Te parasitan tus ingresos a cambio de su protección.

El Replicante observando aterrado como va disminuyendo su presupuesto vacacional

domingo, julio 12, 2009

Toc, Toc, Tim, Tim

"Cuando era pequeño, mi profesora se acercaba a mi y me decía: ¡Ay, Abraham, así no se colorea el tejado, Abraham. Los tejados son rojos y no azules! Y encima te has salido de los bordes!"... . Luego yo me iba a mi casa y veía con sorpresa que Tenerife estaba lleno de azoteas abiertas al Sol y de ropa tendida. No había casi tejados. Es más, si veía algún tejado, solía ser de rojo óxido de hierro, y no de aquel rojo terrible de rotuladores sin gama. A partir de ese momento me di cuenta que los mayores iban a venir por todas partes a decirme que tenía que ser igual al resto, que todos somo iguales, que los tejados son rojos y que si no es así, no encajaría y tendría problemas. Los tuve. Los tengo. Los tendré. Y a usted... ¿le pasa lo mismo?. Sueño con niños que son educados para mirar, y no para asumir otras miradas que no le pertenecen."

Abraham Gómez Rosales

jueves, julio 09, 2009

Una sesuda reflexión

"Tanto hablar de cavar papas, y tú comiendo congelados"

El Replicante en lucha contra las pajas mentales

domingo, julio 05, 2009

¿Por qué?

Ella no quería saber cómo se hacían las cosas, sino por qué. Esto puede resultar muy embarazoso. Se pregunta el porqué de una serie de cosas y se termina sintiéndose muy desdichado

Ray Bradbury

El por qué de las cosas puede ser la pregunta más importante de nuestra vida. ¿Por qué ocurren las cosas? ¿Por qué ha sucedido esto o aquello?. Cuando sucede un acontecimiento inesperado, extraño o grave, es la primera pregunta que se nos mete en la cabeza. Casi no nos importa tanto a quién, donde o cuando ha sucedido. Lo importante es el por qué.

Ha muerto una celebridad ¿por qué murio?. No nos preguntamos otra cosa, la pregunta clave es cuál ha sido la causa de que se muriera, ¿cuál ha sido la causa de que se estrellara un avión con cientos de personas a bordo?, ¿por qué nuestra vecina ha sido asesinada por su marido?, ¿por qué a esa adolescente la han violado y asesinado?.

El por qué de las cosas, la universal ley que rige nuestra vida cotidiana, la causa-efecto de los acontecimientos, nos dan control. Una falsa sensación de control que nos permite levantarnos por la mañana con la sensación infantil de que a la vecina la asesinó su marido porque le ponía los cuernos, que a la adolescente la violaron porque vestía como una puta, que Michael Jackson se murió porque era un yonki, y violador de niños, para mas delito. A nosotros nunca nos va a pasar, porque ni vestimos como putas, ni le ponemos los cuernos a nuestros maridos/esposas, ni le damos a las drogas. Qué infantil.

Lo triste de todo esto es que el culpable, en lo más profundo de nuestra conciencia, es la víctima, no el verdugo. Si la causa en la relación causa-efecto de los acontecimientos la tuviera la víctima, nosotros podemos engañarnos, pensar que "eso solo les pasa a quienes hacen determinadas cosas, o son de tal o cual forma". Si atribuyéramos la causa al agente en cuestión (el esposo despechado, el violador nocturno, etc.), nosotros seríamos vulnerables, podría pasarle a cualquiera de nosotros.

A cualquiera nos podrían violar, matar, estafar o morir en un accidente aéreo. Mejor nos engañamos a nosotros mismos. Dejemos libre al verdadero culpable, que es mejor culpar al más débil.

viernes, julio 03, 2009

Recuerdos

"Cuando te des cuenta de que no hay ni buenos ni malos, ni vencedores ni vencidos, ni gloria ni humillación, ni éxito ni fracaso, te darás cuenta de que el mundo es gris y de que la poesía es una mentira y la Luna no nos arropa cada noche tras su velo de plata."


Prestado de Prazsky, encontrado rebuscando en viejos baúles

miércoles, julio 01, 2009

Memoria de mis putas tristes

Discreta

Como siempre que cae en mis manos una novela de Gabriel García Márquez, en este caso, "Memoria de mis putas tristes", la guardo como un pequeño tesoro. La ahorro y me la administro para no desperdiciar la oportunidad descubrir una obra de arte por primera vez. Esta pequeña novela, la última que hasta ahora ha escrito Gabo, le tocó la suerte de ser novela de piscina y relax. Reservada la tenía para ese momento. Un poco fiasco.

Planteada en una habitual primera persona, como otras novelas de García Márquez, narra una pequeña etapa en la vida de un venerable y respetable anciano. Un día se levanta por la mañana, y decide celebrar su cumpleaños, a saber si el último, dada su edad, con una noche loca con una adolescente virgen.

Sin osar afirmar que es de las obras más pobres que he leído de este autor (por ahora ese honor lo tiene "Relato de un náufrago"), he de decir que durante toda la novela me dio la impresión de estar leyendo simplemente un Spin off de "El amor en los tiempos del cólera", sin llegar, ni de lejísimos, a las cotas de arte literario que Gabo nos regala en "El coronel no tiene quien le escriba". Novela discreta, que me la leí en una mañana de sol y piscina, y que como curiosidad, narra una historia cuasi-pederasta de una manera que llega a resultar hasta artística. Si es que cuando se es un genio, se es, tanto en su obra cumbre como en su material de relleno, como es este caso.