domingo, septiembre 28, 2008

Otra sesuda reflexión

"Escúchalas, entiéndelas y demuéstraselo, hazlas reir con precisa moderación. Esa es la clave con ellas."


El Replicante

domingo, septiembre 21, 2008

El fantasma de Canterville y otros cuentos

Grata sorpresa

"El fantasma de Canterville y otros cuentos", de Oscar Wilde, llegó a mis manos gracias a una de esas ofertas del hiper del tipo "todo a 1€", de hecho, creo que esta edición me costó precisamente eso. Descubrí a Wilde como todo el mundo, a través de "El retrato de Dorian Gray", que me dejo un buen sabor de boca y me resultó interesante seguir leyendo algo más de este autor.

La edición que cayó en mis manos incluía "El fantasma de Canterville", motivo por el cual la compré (me leí el relato de niño y me gustó muchísimo), y otros relatos que finalmente hicieron del fantasmita un actor secundario. La sensibilidad ¿homosexual? de Wilde me ha llevado a decubrir pequeñas perlas literarias como "El cumpleaños de una infanta", "El pescador y su alma" y "El ruiseñor y la rosa" (creo que todos ellos fácilmente accesibles en internet).

De resto, hay poco que decir. Sensible, profundo, ambiguo, y con un sabor irreverente y políticamente incorrecto para un autor victoriano. Todo un placer para el intelecto.

martes, septiembre 16, 2008

Otra de citas

Dada la interesante lista de citas que he ido extrayendo de los últimos libros que me he leído, y que acabo de empezar uno que promete muchas ideas interesantes, hoy toca colección de citas. Aquí les dejo mi modesta selección.

"La infanta frunció el ceño y sus finos labios hicieron una mueca de desdén. - En lo sucesivo, que los que vengan a jugar conmigo no tengan corazón."
El cumpleaños de una infanta - Oscar Wilde

"Dormir juntos era, en realidad, el corpus delicti del amor"
La insoportable levedad del ser - Milan Kundera

"Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la razón, prolongado por mil ecos"
La insoportable levedad del ser - Milan Kundera

"Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construídos, perecen ellos también"
La insoportable levedad del ser - Milan Kundera

"En el cielo brillaba la luna pálida, la lámpara olvidada en la habitación de los muertos"
La insoportable levedad del ser - Milan Kundera

"Cuando si bien los ángeles se unían a las hijas de los hombres, también los demonios se entergaban a los amores terrenales"
Moby Dick - Herman Mellville

"Siempre se me trataba como si me hubiera empeñado en nacer, y en contra de los dictados de la razón, la religión y la moralidad, y en contra de los argumentos disuasorios de mis mejores amigos"
Grandes Esperanzas - Charles Dickens

"Era demasiado cobarde para hacer lo que sabía que estaba bien, igual que había sido demasiado cobarde para dejar de hacer lo que sabía estaba mal"
Grandes Esperanzas - Charles Dickens

"Nunca tuve una hora de felicidad a su lado y, sin embargo, durante las 24 horas del día no pensaba más que en la satisfacción de tenerla a mi lado hasta la muerte"
Grandes Esperanzas - Charles Dickens

"Fue ella quien arrasó con la virginidad de mi generación. Nos enseñó mucho más de lo que debíamos aprender, pero nos enseñó sobre todo que ningún lugar de la vida es más triste que una cama vacía"
Crónica de una muerte anunciada - Gabriel García Márquez

domingo, septiembre 14, 2008

Mi Wall-e

Se que no tengo ya edad para gastar dinero en estas tonterías pero no he podido resistirme. Es tan mono... me miraba con esos ojitos...

domingo, septiembre 07, 2008

martes, septiembre 02, 2008

Una de fracasados

Don Máximo era un señor de unos 50 años, casado y con 4 hijos en edad de merecer que pasaban de sus padres como de las cartas. Un día, mientras veía Noche de fiesta y se fumaba un Ducados, tuvo una revelación.

Fue a su videoclub más cercano y se alquiló American Beauty, que en el Bar del "Piojo" le habían dicho que salía una jamelga de escándalo. Así hizo, espoleado por la decadencia televisiva y lo que le esperaba en la cama matrimonial (que según contaban los viejos del lugar, las noches de luna llena se convertía en ser humano).

Semanas más tarde estaba apuntado en un gimnasio, se había dado dos repasos de rayos U.V.A. y había renovado el armario a fuerza de pagarle el yate al propietario de Springfield. Mientras tanto, su señora esposa seguía asustando niños por las noches, mientras que por el día impedía que nadie se le acercara con colonias Nenuco compradas en los chinos y cremas Deliplus. Por supuesto, al igual que sus hijos, pasaba de su marido como de la mierda.

Como una cosa lleva a la otra, acabó por flirtear con tipas de esas que salen en las canciones de Sabina, y en un arrebato a lo Paul Gauguin decidió separarse de su esposa, de sus hijos, de los 15 años de hipoteca que le restaban y de su trabajo como encofrador. Volvería a nacer, sería un hombre nuevo. Se quitaría la chaqueta gris.

Hace algún tiempo le vi. Recuerdo todo muy oscuro, luces girando y un montón de chiquillada al ritmo de Bisbal pasaban a su alrededor, mientras él trataba de balbucearle a las niñas alguna palabra, entre vapores etílicos y salpicaduras de saliva con sabor a ginebra.

Por como se movía, se había bebido hasta el agua de los jarrones, por como vestía, había cambiado Springfield por la Tienda Disney, y por el brillo de sus ojos, reflejo de luces de colores, todos sabíamos que estaba solo, vacío y sin futuro.