Sorprendido me ha dejado este Cementerio de Praga de Umberto Eco. Entre otras cosas, no me esperaba ni esta historia, ni estos personajes, para una novela con tal título y tal autor. Más que nada porque dicha ciudad checa prácticamente no sale ni en postal.
Umberto Eco hace protagonista de la novela a un individuo a medio camino entre un cura de moral poco exigente, Ignatius Reilly y Connor MacLeod, en una aventura esquizofrénica ambientada en Italia en el Siglo XIX. Dentro del elaborado y complejo personaje se hace un concentrado de bajezas, prejuicios y defectos sucios y rastreros, y los hace pasear por todos y cada uno de los acontecimientos históricos de la segunda mitad del siglo XIX en Europa, encarnados todos ellos en el protagonista. Mientras, aprovecha para alternar entre dos pintorescas y agradablemente complementarias personalidades múltiples, un falsificador y un ábate.
Escrita como novela histórica, parte y reparte a base de bien a cristianos, judíos, curas, prostitutas, políticos y otras hierbas (y a todos por igual) con el desparpajo de un autor que está de vuelta de todo y ya nadie le puede toser (aunque seas arzobispo y vivas puerta con puerta con él). De agradable lectura, más asequible de lo habitual para Umberto Eco y donde por supuesto, hace algo que tanto me gusta, escribir libros que hablan de libros.