Misóginos

Estimado amigo.

Nos complace invitarle a la I edición de la RATS (Reunión Alcohólica en Tensión Sexual), a celebrar durante el proximo mes de mayo (lugar por confirmar).

Ha sido usted rigurosamente seleccionado para participar de este exclusivo encuentro famoso internacionalmente por su original formato.

Le agradeceremos su activa participación, acogiéndose al siguiente orden del día:

1. Debate: La mujer entre 15 y 17 años ¿apta para el consumo?

2. La Calienta-pollas: un estudio de campo.

3. El Periodo Refractario: ¿de quién es realmente la culpa?

4. Presentación del libro: "Asimetrías evolutivas en la conducta sexual. ¿Solo el macho es cavernicola?".

5. Lectura de artículo: "Estudio sobre la posible morfología bífida del músculo lingual femenino".

6. Mesa redonda: La amistad masculina, como caracter dominante asociado al cromosoma Y.

7. Ruegos y preguntas.

Le rogamos rigurosa discreción. Imprescindible asistencia sin acompañante.

Esperamos nos brinde su compañía.

Un saludo: Grupo R.A.T.S.

Nota mental

Procedamos a apuntar una idea feliz fruto de recoger un periódico del suelo a las 5.40 de la mañana con fiebre ¡¡!!.

Solución al trabe mental y alienación personal a medio plazo: FRIVOLIDAD

Que no se me escape la idea que es importante. Por partes:

- Nada de pensar más allá de lo necesario para que te paguen.
- Hacer cosas que no tengan relevancia para nadie, hacer gilipolleces sin importancia.
- Leer tonterías.
- Pasar del teléfono.
- Dejar el trabajo (anotarlo en la agenda para el mes de mayo).
- Dormir a pierna suelta hasta que el cuerpo diga basta (anotado en la agenda justo después de dejar el trabajo).
- Más sexo.
- Más alcohol.
- Oir música durante horas (anotarlo en la agenda después del sexo).
- Prender fuego a la agenda.

Gastado

Me siento gastado, así de simple, me gasté, me agoté.

Supongo que desde el otro lado de la mesa me diría a mi mismo que lo que necesito es unas vacaciones, ahora mismo diría un cambio de vida, a lo Gauguin. Estoy cansado de la misma gente, los mismos días, el mismo barrio, las mismas distracciones, mi misma cara en el espejo y los mismos sueños.

Así como un dios convertido en cerdo no añora su divinidad desde su percepción de cerdo, me siento vacío para los demás, no para mi mismo. Como un tarro vacío con una bonita etiqueta. La gente, mi gente, esa gente, raspan y hurgan en mi interior, tratando de sacar lo que no me queda, o tal vez nunca he contenido (o no he querido ofrecer). ¿Qué es lo que quieren y quiero que se saque de mi?, lo que pone mi etiqueta.

Desengañémonos, desengáñome, no contengo nada, no contengo interés, no soy interesante, no me queda nada, no soy lo que aparento pese a lo que figure en un currículo, en un blog, en una etiqueta.

Estoy buenísimo!

Es más, ¡¡estoy para comerme!!


Una profesora de psicopatología intentó una vez destripar mi insondable psique a través de mi galopante onicofagia (me como las uñas). Lo resumió en una palabra: Autocastigo.

Cuando anticipo que algo estará fuera de mi control, cuando se que se me está evaluando, cuando certifico que me he equivocado, me flagelo a mi manera, solo hay que ver la foto.

La verdad que tenía toda la razón, no le pude negar nada, pero COMO VOY A DARLE LA RAZÓN A UNA PSICOANALISTA!!. No señora, yo no me autocastigo, ni me flagelo ni me censuro ni nada de eso, yo es que ¡¡ESTOY BUENO!!

El Germen, el Replicante, y la recepcionista

A veces extravagantes, otras veces intelectuales, y a veces incluso "tarantinescas", de las conversaciones con el Germen siempre surge algún post interesante. Esta ha sido una de esas ocasiones.

Este es, para mi, un precioso post. Nacido para dejarse "accidentalmente" en la pantalla de un ordenador en un cambio de turno. Ninguno de los dos tenemos valor para ello.

Insomnio

Hoy me he pillado a mi mismo con una reflexión de lo más sesuda y profunda: ¿se han fijado que si se les mete una mosca en el coche, la mosca viajará con ustedes a 120 km/h? ¿qué coño mosca es esa que puede volar tan rápido?.

Supongo que esto es un mecanismo de defensa de mi intelecto, necesita un break para no reventar cuando dedico las 24h a pensar en como hago para vivir durmiendo 4 horas y media al día. Me siento hasta orgulloso, y se lo cuento a todo el mundo "encantado, me llamo Replicante, ¿sabes que duermo 4 horas diarias?". Es una buena forma de entrarle a la gente. Así parezco un hombre comprometido con el progreso de su país, trabajando de sol a sol. También parezco uno de esos intelectuales insomnes que pierden el sueño pensando en el noúmeno kantiano en el contexto existencialista de Sartre. Porque ser insomne da un aire interesante a la gente. Ten insomnio y lee a Kafka y tienes a cualquier bohemia hippienta comiendo de tu mano, y si a eso añades que tienes un blog...

El insomnio tiene múltiples ventajas ¿quién no ha soñado en trabajar desde su propia cama?, yo lo hago todas las noches, adelanto informes y ajusto diagnósticos como nadie desde mi propia cama y con los ojos cerrados. Es más, creo que es más productivo el trabajo que adelanto dando vueltas en la cama que el tiempo que le dedico en la jornada laboral.

No todos son ventajas, yo no me levanto, me tiro de la cama. Dos despertadores simultáneos para evitar llegar tarde al curro. También jode tener resaca sin haber probado una copa ni bailado con la borracha de turno, una resaca de gratis, sin haberla disfrutado. Pero me quejo por nada, encima de que ahora estoy más cerca de Dios, joder, hasta que llega de nuevo la noche, vivo sin vivir en mi.

Y luego, sabiendo todo esto, pretenden que vaya afeitado al trabajo, manda cojones.

Andrew Sisters

Escrito por Jesús Azcona, publicado en La Opinión de Tenerife, el 1-4-2006

Seguro que las recordarán, eran aquellas chicas cantantes de swing que acompañaron la segunda guerra mundial con sus ingenuas voces. Normalmente las asociamos a imágenes de soldados victoriosos que nos libraron del nazismo. En realidad forman parte de la cultura de un país de paletos que plantaban maíz. El tal maíz y el algodón lo recogían afroamericanos que no podían subirse al mismo autobús que los blancos y que vivían en unos guetos iguales a los que los nazis construyeron, a base de muros separadores, ¿a que les recuerda?, para los judíos. La ideología nazi se fraguó para agradar al país más poderoso y moderno de la década de los treinta: Los EEUU. Un país que pensaba que a los retrasados mentales había que esterilizarlos y a los negros, separarlos de los blancos.

A veces la fidelidad a ultranza hacia una ideología nos juega estas malas pasadas. Pensando que adoramos la libertad pasamos por alto los "pecadillos" de los salvadores. El comunismo mandó al espacio a Valentina Tereshkova, la primera mujer en órbita. Teníamos la esperanza en un mundo sovietizado donde todos éramos iguales, hasta los animales y las mujeres. La caída del muro de Berlín acabó con ese sueño. Cuidadito con los muros...

Doctor House

A veces me siento en Dr. House.

No por mi atractivo personal, ni mi deslumbrante intelecto, ni por mi cojera, ni por mi ingenio, ni por tener comiendo de mi mano a la chica. Me siento como el Dr. House porque tras horas y horas de oír a la gente contarme sus historias me entran ganas de decir eso de "si señora, si señora, si señora, a la mierda señora!! déjeme en paz señora!! he dormido 4 horas, duermo gracias a pastillas y estoy de resaca todos los días, déjeme vivir!!"

Evidentemente me comporto como un profesional serio y casi siempre hasta doy el pego. No creo en aquellos psicólogos que son todo amor y armonía, cariño y afecto, como un oso amoroso con bata blanca. Van por la vida dando mensajes de amor, la vida es bella, bla bla bla. Por 45 mtos de amor a 60€, mejor irse de putas.

Y no es que me afecten los problemas que me cuentan. Realmente me resbalan. Y me resbalan no porque no me interesen ni me importen. Simplemente no creo que el profesional necesite sentir lo que siente el paciente. Para qué, con que sufra uno es suficiente y el psicólogo ya bastante mierda puede tener en su vida como para sufrir por partida doble. Basta con ENTENDER al paciente. Saber lo que tiene y darle solución. Yo no soluciono el problema de nadie llorando junto a él, el asunto está en que no llore nadie, no perdamos el norte.

Seré mal profesional, puede que si. Reconozco que a mi se me da mejor lo de "señora, usted tiene esto, búsquese la vida" a lo de "señora, la solución a su problema es este". En este último aspecto me siento muy identificado con nuestro recientemente popular Dr. House, la gracia está en la enfermedad, no en el enfermo. Una vez descubierta y destripada, ya se acabó la gracia, es como el sexo, una vez "resuelves el misterio", ya no es divertido.

Espero que mis jefes no lean esto, aunque si lo leen, les reto a que encuentren pruebas para cuestionar mi trabajo.