En estos años duros, no tenemos que sentir... debemos estar perdidos porque es más cómodo así.
Y soy consciente que me contradigo, queriendo confundirme, queriendo anestesiarme, no sintiendo caer mi armadura, ni tener que recomponerla pegándola con mi propio sudor. Cansado ya de solo querer ser escuchado por mi parabrisas, sin mirar a los ojos, sin gritar un basta ya de remover la mierda, porque el sol me alumbra y guía, pero la luna me embelesa. Solamente, en soledad, qué pequeña es la luz de los faros de quien sueña con la libertad.
Mirando a la carretera soy sincero, no escuchando soy yo mismo, pero no sintiendo, me desprecio.
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