sábado, diciembre 08, 2007

Libertad

Un niño llora, y su madre le pregunta por qué. "Mi hermano no me ha dado a elegir manzana", se queja. La madre llama al hermano mayor: "Yo te di dos manzanas para que le dieras a elegir una a tu hermano, y no lo has hecho". "Sí mamá. Le he dado a elegir: entre la manzana pequeña, o ninguna".

Soledad

¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es, sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo
a dejar tan tristes,
tan solos los muertos.

Bécquer

martes, diciembre 04, 2007

Carta a los Señores Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Este año no es que me haya portado muy bien, pero para eso con mis impuestos les mantengo a ustedes, a sus hijos ilegítimos, a los legítimos, y a sus piojos pegados + descendencia, así que creo que me merezco al menos que me devuelvan un pequeño porcentaje. Este año me pido:

1. La trilogía de La Fundación - Isaac Asimov
2. Las enseñanzas de Don Juan - Carlos Castaneda
3. Los hermanos Karamazov - Dostoyevski
4. Walden Dos - Skinner
5. Así habló Zaratustra - Nietzsche
6. Moby Dick - Herman Melville

Si los señores Reyes Magos no pueden atender a mis deseos por diversos motivos (divorcios, pérdidas de papeles, ataques repentinos de vergüenza, lo que sea), también serán bienvenidos estos regalos por parte de otros agentes.

Atentamente, El Replicante

Ventana sobre la utopía

"Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar."


Eduardo Galeano

lunes, diciembre 03, 2007

Tiempo perdido

Los cazadores llevaban semanas en el bosque, buscando a la mejor y más valiosa pieza de caza de la historia. Largo tiempo sufrieron penurias e incomodidades. Malas noches, malos sueños, ilusiones rotas de una presa solo producto de su imaginación. Magníficas piezas de caza fuera de su alcance, tiempo perdido, la mejor época de su temporada de caza.

Una mañana, el ayudante del cazador avistó algo magnífico:
- Mire señor, ¡un rinoceronte!. Único en el mundo, ¡seremos ricos y famosos si lo abatimos!
- No merece la pena el esfuerzo - La única respuesta que obtuvo.

Más tarde, de nuevo el ayudante vuelve a señalar en la espesura:
- ¡Señor, señor!, un tigre, hará muy feliz a su esposa con su piel.
- No, tenemos que ahorrar munición.

Mucho más tarde, próxima a terminarse la temporada de caza, de nuevo, el ayudante:
- ¡Señor!, ¡un elefante!, una gran pieza para un gran cazador, ¡dispárele!, casi no nos queda tiempo...
- No, no volveremos sin cazar una Utopía, no gastaré mis fuerzas en otra cosa.
- Pero señor ¿qué es una Utopía?

- No lo sé, cuando vea una, lo sabremos.