Los cazadores llevaban semanas en el bosque, buscando a la mejor y más valiosa pieza de caza de la historia. Largo tiempo sufrieron penurias e incomodidades. Malas noches, malos sueños, ilusiones rotas de una presa solo producto de su imaginación. Magníficas piezas de caza fuera de su alcance, tiempo perdido, la mejor época de su temporada de caza.
Una mañana, el ayudante del cazador avistó algo magnífico:
- Mire señor, ¡un rinoceronte!. Único en el mundo, ¡seremos ricos y famosos si lo abatimos!
- No merece la pena el esfuerzo - La única respuesta que obtuvo.
Más tarde, de nuevo el ayudante vuelve a señalar en la espesura:
- ¡Señor, señor!, un tigre, hará muy feliz a su esposa con su piel.
- No, tenemos que ahorrar munición.
Mucho más tarde, próxima a terminarse la temporada de caza, de nuevo, el ayudante:
- ¡Señor!, ¡un elefante!, una gran pieza para un gran cazador, ¡dispárele!, casi no nos queda tiempo...
- No, no volveremos sin cazar una Utopía, no gastaré mis fuerzas en otra cosa.
- Pero señor ¿qué es una Utopía?
- No lo sé, cuando vea una, lo sabremos.
1 comentario:
Me recordó por un momento al Capitán Ahab.
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