domingo, diciembre 21, 2008

Bares

Tranquilamente sentado en una silla de madera pegajosa, frente a una mesita también pegajosa, espero la llegada de mi amigo. En la mesa hay una jarrita de bebida con hielo sobre la cual nunca me he preguntado su composición pese a habermela bebido cientos de veces.

Mientras suena Eric Clapton con su Crossroad miro a través del espeso humo del local. La media de edad es alta, la media de experiencias y desengaños también será muy elevada. A lo mejor me gusta este sitio precisamente por eso. Mientras me viene a la mente el Pianoman de Billy Joel saludo al camarero. Conozco a ese tipo desde hace 11 años, estudió conmigo la carrera y probablemente es la primera vez que intercambiamos algo más que saludos cordiales fruto de la educación.

Me pregunta que hago con mi vida, le cuento mis avatares laborales, cosas impersonales, finalmente intento por todos los medios no quedar pedante. No me ha ido mal después de terminar la carrera, no me puedo quejar.

Me alegro, yo, como diría Sabina, siempre he sido camarero.

Le vuelvo a dar la mano, me sirve otra jarra y se marcha. Mi amigo entra en el garito, se quita su chaqueta y se sienta a mi lado.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Y luego que pasa:O???

cosmofonio dijo...

Sí, sí, muchos saludos cordiales, pero poco limpiar la silla XDDDD

Es broma, me ha gustado. ¿Va a seguir?

Tercera Opinión dijo...

Eso, y luego, dónde está el luego...

Un saludo.

Luis Amézaga dijo...

Gracias por todo.

E. Martin dijo...

Bares, qué lugares tan gratos para conversar ;)

Anónimo dijo...

Gran bar el bluesbar