Cuando me decían "A ver si posteas sobre tus vacaciones", no pensaba que acabaría escribiendo sobre ellas en estos términos.
Hoy es noticia un trágico accidente aréreo en el aeropuerto de Barajas, donde en el momento de postear estas palabras ya había 153 muertos, suponiendo el mayor accidente aéreo en los últimos 30 años en España.
Escribo esta reseña debido a que estas cosas, dentro de la tragedia, algo nos enseñan, y es a disfrutar del tiempo que tenemos de vida, nunca se sabe cuan cerca pasará la desgracia por la puerta de tu casa. A buen seguro, tarde o temprano se parará y tocará al timbre.
A mediados de este mes de agosto regresé de mis vacaciones, 8 felices días en Heidelberg, Alemania, en un vuelo compartido Lufthansa - Spanair, con escala en Barajas. En este tránsito en Madrid nos hicieron esperar 3 largas horas, con 4 demoras en el despegue y sus 4 correspondientes cambios de puerta de embarque. Desquicie colectivo, nervios, cansancio de estar todo el santo día de tránsito, y enfado por la poca información que dan, mala costumbre que tienen las compaías aéreas y/o AENA. Cuando por fin despegamos, el piloto pide disculpas por el retraso, debido a un problema técnico, donde se prefirió no despegar y esperar para volar en otro aparato.
Ahora, tras descansar y ver la interminable demora en Barajas como una anécdota más, me topo con esta tragedia pocos días después, las mismas compañía aéreas, el mismo origen y casi el mismo destino (Islas Canarias).
Cuando la tragedia pasa relativamente cerca de nosotros, nos acordamos de lo bonito que es estar vivo, aunque nos pasemos el resto de la vida maldiciendo nuestra triste existencia y acordándonos de la madre de alguien mientras esperamos nuestro vuelo demorado.
3 comentarios:
Cuanta razón tienes!
Algo parecido me sucedio a mi en navidades.
Estuve casi 11 horas en el aeropuerto de Barcelona, cansado de esperar por problemas técnicos para volver a mi isla por fiestas... Ahora viendo lo sucedido agradezco poder tenerlo como un anécdota más.
Pues... me alegra mucho mucho ese retraso que tuvo tu vuelo.
¿Qué más decir?
A veces el desespero nos da por el enfado, la crispación, pero en estas circunstancias más vale esperar y esperar...porque al fin y al cabo la paciencia es una gran virtud.
Publicar un comentario