miércoles, julio 01, 2009

Memoria de mis putas tristes

Discreta

Como siempre que cae en mis manos una novela de Gabriel García Márquez, en este caso, "Memoria de mis putas tristes", la guardo como un pequeño tesoro. La ahorro y me la administro para no desperdiciar la oportunidad descubrir una obra de arte por primera vez. Esta pequeña novela, la última que hasta ahora ha escrito Gabo, le tocó la suerte de ser novela de piscina y relax. Reservada la tenía para ese momento. Un poco fiasco.

Planteada en una habitual primera persona, como otras novelas de García Márquez, narra una pequeña etapa en la vida de un venerable y respetable anciano. Un día se levanta por la mañana, y decide celebrar su cumpleaños, a saber si el último, dada su edad, con una noche loca con una adolescente virgen.

Sin osar afirmar que es de las obras más pobres que he leído de este autor (por ahora ese honor lo tiene "Relato de un náufrago"), he de decir que durante toda la novela me dio la impresión de estar leyendo simplemente un Spin off de "El amor en los tiempos del cólera", sin llegar, ni de lejísimos, a las cotas de arte literario que Gabo nos regala en "El coronel no tiene quien le escriba". Novela discreta, que me la leí en una mañana de sol y piscina, y que como curiosidad, narra una historia cuasi-pederasta de una manera que llega a resultar hasta artística. Si es que cuando se es un genio, se es, tanto en su obra cumbre como en su material de relleno, como es este caso.

1 comentario:

Colegiadocabreado dijo...

Una curiosidad: esta obra fué "vetada" por algunos gobiernos regionales de nuestra avanzada nación, debido a que hubo quién observó apologia de la pederastia.
Semos ansina....