TìpicoHacía ya varios años que no me leía una novela del escritor de terror por antonomasia, Stephen King, y he vuelto al redil con una de sus últimas novelas, Cell. Como otras muchas que tiene, Cell es una novela apocalíptica adaptada, como sabe bien hacer el autor, al zeitgeist, o a la moda del momento en que la publica. En este caso, los móviles.
Novela tipiquísima, arquetipo de novela del autor, a la venta en un chiringuito de playa y con un final... tambíen 100% Stephen King, por desgracia. Engancha una barbaridad, se lee en nada, y ahora para el solete veraniego viene estupenda.
No esperen la obra cumbre del señor King, pero si esos detalles de narrador morboso que le han dado fama internacional.
Novela tipiquísima, arquetipo de novela del autor, a la venta en un chiringuito de playa y con un final... tambíen 100% Stephen King, por desgracia. Engancha una barbaridad, se lee en nada, y ahora para el solete veraniego viene estupenda.
No esperen la obra cumbre del señor King, pero si esos detalles de narrador morboso que le han dado fama internacional.
3 comentarios:
O sea, que el final es una mierdecilla? Pues mira que las primeras páginas que me leí prometen, como todas sus novelas. Desgraciadamente, este hombre es incapaz de terminar un libro con decencia (¿tal vez "el pasillo de la muerte" o casi "Misery"?).
He leído poco de este señor, pero está sí. Y hasta la compré por 5 euros, creo recordar. Entretenida novela, no más, ni menos. De eso se trata ¿no?
¿Final?¿Qué final? Si al menos el señor King se hubiese molestado en rellenar cuatro miseras páginas más... Siempre he sido fan de King, devoraba todo lo que caia en mi poder (hasta aquellas que firmaba como Richard Bachman), pero cometí el error de caer de nuevo en la trampa y compré Cell. Nada nuevo pero su narrativa me engancha, hasta que llegué a la última página. ¿Donde está el final? Si al menos hubiese tirado con el giro recurrente de La Niebla o la Ventana secreta, pero no, en esta novela no se molestó ni siquiera en rematar un final. Gran decepción que consiguió que la Historia de Lisey (que hasta la fecha es el último libro que tengo de él) descanse en mi biblioteca, acumulando polvo.
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