Como lectura de inter-lectura, es decir, como descanso entre ladrillo y ladrillo, me he leído recientemente "Otra vuelta de tuerca", del autor estadounidense Henry James. Una pequeña y ligera novela, que viene siendo como una historia de Lovecraft, escrita por Dickens y dirigida por Amenabar. Ambiente clásico para una historia de terror romántico. Casa victoriana a finales del XIX, una institutriz, dos misteriosos niños, y un oscuro y hasta casi libidinoso pasado que ocultan las paredes de la mansión.
En este marco argumental parece que no vamos a descubrir nada nuevo que no hayamos leído y visto ya en miles de novelas y pelis, sin embargo, nos encontramos con una historia original, ambigua y de libre interpretación. Donde la institutriz puede ser una santa o una loca, los niños unos angelitos o unos psicópatas, lo que más nos plazca. Porque cada lector le dará un enfoque, alumbrará la historia a su manera y saldrán nuevas formas de girar la tuerca que nos propone esta curiosa novela de suspense.
En este marco argumental parece que no vamos a descubrir nada nuevo que no hayamos leído y visto ya en miles de novelas y pelis, sin embargo, nos encontramos con una historia original, ambigua y de libre interpretación. Donde la institutriz puede ser una santa o una loca, los niños unos angelitos o unos psicópatas, lo que más nos plazca. Porque cada lector le dará un enfoque, alumbrará la historia a su manera y saldrán nuevas formas de girar la tuerca que nos propone esta curiosa novela de suspense.
1 comentario:
Otra que hay que leer.
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