Debido a la vergüenza que me provocaba no haber leído nada de Miguel Delibes, me decidí por iniciarme con una novela que más me sonaba (como cuando ordenas por popularidad canciones desconocidas en Spotify), así que empecé por Cinco horas con Mario.
Trata fundamentalmente del monólogo de una esposa con el cuerpo presente de su difunto esposo, Mario, durante la noche del velatorio. Toda una noche hasta el amanecer, cinco horas en las que Delibes realiza una memorable alegoría de las "dos Españas", tan triste y eternamente presentes. Carmen, la reciente viuda, es dibujada como una mujer triste, apenada, una sufrida viuda de una sociedad franquista. Esa típica sacrificada mujer que vive para parir y limpiarle a su marido, que es el que tiene el cerebro en la casa. A lo largo de las horas, Carmen de deforma hacia esa España casposa, conservadora y clasista. El arquetipo de reaccionaria puritana, que defiende la necesidad de que existan "pobres", ya que si no, los cristianos nos tendrían la posibilidad de cumplir con el mandato bíblico de la limosna.
Por el contrario, muy propiamente, nos encontramos un Mario muerto, como la clásica izquierda. Todo buenas intenciones, todo intelecto e idealismo. Pero por eso mismo, muerto y en su cajón. El corazón es muy traicionero, ya se sabe.
Imprescindible.
Trata fundamentalmente del monólogo de una esposa con el cuerpo presente de su difunto esposo, Mario, durante la noche del velatorio. Toda una noche hasta el amanecer, cinco horas en las que Delibes realiza una memorable alegoría de las "dos Españas", tan triste y eternamente presentes. Carmen, la reciente viuda, es dibujada como una mujer triste, apenada, una sufrida viuda de una sociedad franquista. Esa típica sacrificada mujer que vive para parir y limpiarle a su marido, que es el que tiene el cerebro en la casa. A lo largo de las horas, Carmen de deforma hacia esa España casposa, conservadora y clasista. El arquetipo de reaccionaria puritana, que defiende la necesidad de que existan "pobres", ya que si no, los cristianos nos tendrían la posibilidad de cumplir con el mandato bíblico de la limosna.
Por el contrario, muy propiamente, nos encontramos un Mario muerto, como la clásica izquierda. Todo buenas intenciones, todo intelecto e idealismo. Pero por eso mismo, muerto y en su cajón. El corazón es muy traicionero, ya se sabe.
Imprescindible.
3 comentarios:
Este aún me falta. Este verano cae seguro.
me resultó tedioso con 15 años!! igual un segundo intento..."el camino" es el libro estrella de Delibes, al menos con 15 años o menos!
Uf, yo no pude con "El camino" (pude pero no a gusto). Aunque posiblemente se explique porque me obligaron a leer un libro que nada tenía que ver con mis gustos del momento (en 1º de BUP me gustaban las historias de aventuras tipo La isla del tesoro).
Publicar un comentario