sábado, enero 29, 2005

Carnaval

Aquellos navegantes que lean este blog, se habrán hecho una idea de mi un tanto particular. Debo haber dado una imagen de persona depresiva y melancólica. Lo cierto es que lo soy, pero aunque no lo parezca, yo también trato de sacarle partido a estos años que me ha tocado vivir (tratando de ignorar a veces a aquel sabio que afirmaba que somos muertos de vacaciones). En mi tierra, Tenerife (Islas Canarias, España), falta menos de una semana para que se de el pistoletazo de salida a la que es la fiesta más grande, más popular y más intensa de Canarias, probablemente de España, y una de las mayores de Europa: el carnaval. Pues si, la proxima semana ya comienza el carnaval en la calle, aunque los certámenes de comparsas, murgas y agrupaciones musicales ya llevan en marcha cerca de un mes. El próximo viernes comienza el carnaval de verdad, el carnaval donde la gente normal saca su disfraz, su buen humor, sus ganas de fiesta, y se echa a la calle a vivir y respirar el ambiente festivo por antonomasia.
He de decir que algunos de los momentos de mi vida en los que he sido más feliz, ha sido durante una noche de carnaval. Musica, amigos, ambiente profundamente festivo que se respira a cada paso y en cada rincón de la capital tinerfeña, hacen de esos momentos inigualables.
Les animo a todos a "darse un saltito" por Santa Cruz en carnaval, donde podrán ver desde un grupo de amigos "tomando sol" con sus amacas, sombrillas y bikinis, hasta equipos ciclistas en triciclos, con sus maiots y hasta el cámara con su moto (otro triciclo), circulando por las calles. Por supuesto, la capital estará sembrada a cada paso por actuaciones a pie de calle de las distintas agrupaciones del carnaval, verbenas, disfraces y muuuucha música.
Les invito a venir, solo hace falta un disfraz, mucho sentido del humor, buen rollo, y ganas de ser feliz durante algunos días. Quien sabe, tal vez se crucen con un tipo de 26 años, de pelo negro corto, disfrazado de médico de urgencias, que responde al nombre de El Replicante.

Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus

Y otra vez me ha vuelto a pasar, otra noche en la que solo duermo 5 horas por ponerme a pensar. Mal invento el pensamiento, y peor invento la conciencia de uno mismo. Cuando uno se encuentra a solas consigo mismo en el silencio y la oscuridad de la noche, aparecen los oportunistas pensamientos que nos asaltan a todos cuando somos chavales, y empezamos a tomar conciencia de la vida y la muerte. Supongo que todos nos planteábamos de niños ¿qué pasará cuando yo me muera?. Con el tiempo, las personas más o menos normales dejan de hacerse esas cuestiones y se dedican a dormir, que es lo que manda la ley. Pero no, se ve que yo no superé esa fase. Sigo anclado en ese vacío en el estómago cuando trato de imaginarme la "no - conciencia", tras la muerte. Esa sensación de caída, ese vértigo y angustia que te hace tenerle un miedo terrible casi tanto a la propia vida como a la muerte.
Por supuesto, se que esa profundísima angustia ante la infinitud de la no existencia es producto de las propias limitaciones de mi yo, que me llevan a pensar en términos de principio y fin, contenedor y contenido. Sin embargo, aún continuo reprochándole a la naturaleza la aberración que supone la conciencia, el yo. Una amiga me justificaba su razón para no tener hijos, y de ella se puede extraer toda una concepción del ser humano: "No quiero ser la responsable de dar conciencia a un ser, que vivirá bajo el peso aplastante de la certeza de que va a morir".

miércoles, enero 26, 2005

On the road again

Tres días, 600km y 9 cafés, balance de mis primeros tres días de trabajo. Me tengo que considerar afortunado, me ha tocado un colegio que tiene tantas cafeteras como maestros, lo cual es buena señal. A demás, he sido muy bien recibido. Ya me lo había comentado un profesor de secundaria amigo mio: "si vas a solucionarles algún problema, te pondrán una alfombra roja para que pases".
Las vueltas que da la vida, toda la vida repudiando a los niños, y este viernes tengo que montar una actividad en un aula de infantil, cuyos niños su psicomotricidad casi no les alcanza para andar y respirar a la vez. Pero la prueba de fuego llegará el lunes, toda una clase se secundaria para mi solo, durante 90 mtos... ¡pero si a mi los chicos en el instituto, cuando era chaval, me caneaban!. He trabajado con personas con esquizofrenia, con alzheimer, pero ahora de verdad, me enfrento a la prueba de fuego: MENORES. Si no salgo de esta con vida, si a mi tumba os acercáis de visita
el día de mi cumpleaños, y no os atiendo, esperádme en la salita, hasta que vuelva del baño.

Tarareando en mi cabeza...: Losing my religion - REM

domingo, enero 23, 2005

Quien te ha visto y quien te ve...

Estos han sido unos días de nostalgias y de cambios. Anoche fui de cena con unos amigos de toda la vida, de esos que gracias a la red mantienes el contacto, porque a algunos hacía años que no los veía. Estas son las situaciones en las que uno piensa ¡que viejo soy!. Ves pasar antes tus ojos, encarnados en rostros de amigos y amigas, toda una vida. Junto a sus caras, en tu cabeza surgen recuerdos, batallitas juveniles, anécdotas, amores, desamores, y todas las situaciones y experiencias que nos convierten en lo que somos. ¿Qué me diferencia a mi de ellos?, después de todo, yo no sería el mismo sin la presencia de estas personas. Ellas han compartido conmigo momentos buenos, momentos malos, y juntos nos hemos hecho adultos, lo que nos otorgará un importante grado de similitud (dejando de lado la duda de si somos similares por crecer juntos, o crecimos juntos porque éramos similares...). El caso es que tras la cena, risas, uno montón de historias rememoradas entre todos para hacérselas saber a aquellas personas que han llegado tardíamente al grupo (véase, las distintas parejas de cada uno, que después de todo, crecer debía tener algo bueno), llega el momento de separarnos de nuevo. Las ironías de la vida hacen que la búsqueda de la estabilidad nos lleva a todos a tomar caminos diametralmente distintos, ya no nos vemos, ya no nos llamamos, al igual que en MOMO, esos señores de negro se han llevado nuestro tiempo... .
Al mismo tiempo, esto se junta con que mañana empiezo en un trabajo nuevo. Ayer me reía con mis recuerdos adolescentes, y mañana la cruda realidad me recuerda que aún, a mis 26 años, trato de abrirme camino.
¿Porqué no me hice fontanero, en vez de psicólogo?. Mi vida sería menos compleja, mi trabajo no me exigiría el nivel de "estres social" que supone interactuar contínuamente con otras personas. A demás, me incorporo al microcosmos de un colegio, nuevos compañeros, nuevo entorno (a 150 km de mi casa), en fin, afortunadamente soy joven y aún tengo cierta capacidad de adaptación (aún no he echado las suficientes raíces, pero todo se andará). Como se suele decir, ánimo, valor, y al toro.

viernes, enero 21, 2005

La dignidad del camino

El un rapto de locura y exhibicionismo, me he puesto manos a la masa, ojos al monitor y neuronas a la plancha, para comenzar esta experiencia de expresión. Lo primero a lo que me enfrento en la creación del blog es la necesidad de ponerle título. Rápidamente se me pasa por la cabeza, curiosamente, un pensamiento recurrente que tengo cada vez que cojo la guagua (forma en que se conocen a los autobuses en mi tierra canaria) para ir a ciudad cercana. Durante el trayecto, siempre miro un enorme árbol, creo que un laurel de índias, fuerte y robusto, pero que está a punto de caer en un barranco, ya que está al filo de este. Tiene unas enormes raíces, las cuales se agarran con fuerza a la tierra, pero la verdad es que su intento por arraigarse firmemente a la tierra en poco tiempo no podrán impedír que caiga al abismo. En cierto aspecto me siento identificado con ese árbol, luchar por arraigarse, por no caer en la desidia, en pocas palabras, por lograr vivir. Sin embargo, todo es inutil, ni las más fuertes raices, ni toda la fuerza y entereza que se posea, nos impedirá caer en el abismo de la muerte.
Tras este pensamsiento inicial, el cual ya me evocaba un título, me vino a la mente algo más mundano y menos poético, y dada la simpleza que caracteriza a mis razonamientos según la hora de la noche a la que me ponga a pensar, opté por inspirarme en una reflexión procedente de una película. En este momento, el navegante perdido que lea este blog pensará "bueno, otro más con reflexiones parasitadas a otros". Pues si, yo también parasito ideas, en este caso, el concepto de Replicante. El replicante se planteaba "¿YO, que he visto y conocido las maravillas del universo, desapareceré como una lágrima en la lluvia?". Finalmente opté por este título, el cual representa lo más absurdo, y al mismo tiempo, lo más grande de la existencia humana. Me siento un arbol al borde, también me siento el Replicante. Pero después de todo, me siento vivo con la idea de que el conocimiento es la única forma digna de recorrer el camino.