De niño leí una viñeta cómica del pato Donald. Estaba Donald dando vueltas por su habitación, buscando algo desesperadamente. Pronto llegó uno de sus pequeños sobrinos y le preguntó qué buscaba tan afanosamente. Su tío le contestó que buscaba su cartera, que la había perdido.
El joven observó que su tío, tenía la cartera en la mano, y sin embargo, la buscaba.
¿Porqué la buscas tío, si la tienes en la mano?. A lo que Donald le contesta:
"Es que me gusta sentirme el amo de la situación".
Tardé muchos años en entender esta tira cómica. Luego me he visto muy reflejado en ella. Lleno mi vida de pequeños rituales y manías absurdas para crearme una ilusión de control de mi vida, al menos de una parte insignificante de ella. Desde que me levanto hasta que me acuesto, la vida es más segura si realizo mis rituales y conductas repetitivas minúsculas, pero que me tranquilizan.
Quiero ser Dónald, y quiero que mi vida sea su cartera.
6 comentarios:
Yo soy terriblemente despistado, así que cualquier cosa que se salga de programa está sujeta a quedar olvidada, por lo que me viene muy bien tener una serie de pautas y hacer las cosas siempre igual; serán manías, pero sería incapaz de quitarme el reloj y las gafas y dejarlos por cualquier lado, como mi santa, tienen su sitio y ahí sé que los encuentro luego
pero tener siempre el control de todo no te estresa??
de vez en cuando hay q improvisar, lanzarse al vacio q asi tb se disfruta!!
Besitos salados de cHOI
Pues sí, yo también a veces!
El problema de hoy en día es que no nos podemos ni engañar. Descubrimos nuestros propios trucos y así pierden eficacia. Estamos indefensos, es lo suyo.
Amo los rituales, me encanta sentirme sujeta a ciertas reglas y normas, cosas necesarias de alguna manera para mantener la mistica. Creo definitivamente que sin ellas perdería mucha de la gracia que tiene compartir la vida a diario. Mas interesante aún es compartir tus rituales, formas, reglas, manias o simples obseciones, con las de otra personas...Caos sin duda, pero mas entretenida aún. Y lo otro es aun mejor, darse permiso de repente para saltarse esos rituales, romper esas delicadas y sutiles reglas y vivir el placer de hacer algo que aunque no esta mal, nos da cierta sensación de incorrectos...
Pero si la vida es un caos, y a eso hay que resignarse.
Además... para mí en ese desorden está el gusto a fresco que nos conserva.
Saludos
Publicar un comentario