domingo, febrero 26, 2006

Inocente niño

Ayer, mientras paseaba por mi antiguo barrio, me vino a la mente un lejano recuerdo de mi infancia.

Me encontraba en una zona que cuando yo era un crío, y hasta hace bien poco, era un inmenso solar donde los niños de la zona íbamos a jugar al fútbol, cazar saltamontes y arañas, hacer casetas y batallas de piedras, lo llamábamos "el campito". Actualmente es una urbanización. En una de las pocas casas de la zona vivía un amigo de la infancia. Este chico tenía una gata, que como todos los gatos de vez en cuando desaparecía en alguna de sus correrías nocturnas.

Yo frecuentaba la casa de este amiguito. Un día, me viene su madre, con una bolsa de plástico en la mano, y me dice que por favor, tire la bolsa a alguna zona perdida del solar. Me extrañó, ¿por qué no manda a su hijo? ¿por qué no lo tira a un contenedor como todo el mundo?, pero como era una orden directa de un adulto, obedecí.

Ya en la calle, noté que la bolsa se movía, la abrí. La bolsa contenía media docena de gatitos recién nacidos, que maullaban histéricos y se revolvían dentro de la bolsa. La gata había parido, y la dueña del animal quería deshacerse de la camada, y por lo visto, a espaldas de su pequeño hijo.

No recuerdo cuanto tiempo estuve dando vueltas en el solar, con la bolsa de gatitos, medio llorando porque no sabía que hacer con ellos. Finalmente busqué una zanja escondida y allí dejé la bolsa.

No se por qué, pero durante varios días pasaba por esa zanja, me asomaba, y miraba a los gatitos. No quería decir nada a nadie, y tampoco se porqué no lo hacía. Iba observando como los gatitos cada día maullaban más débil, se movían menos. Recuerdo vivamente como uno de los últimos gatitos maullaba débil y lastimeramente. Sentía curiosidad, observaba y estudiaba aquella escena. Sentía una mezcla de terror, pena y curiosidad inexplicable. No se si es la palabra adecuada, pero alguna forma de placer. Nunca intenté nada para salvarlos.

Cada vez que recuerdo aquella escena, y mientras lo escribo, me da un vuelco el estómago, como pude hacer aquello, siendo un inocente niño.

7 comentarios:

Sol dijo...

Pareciera que leo las historias de mi vida... es como un reflejo de aquello que vivimos, que no quisimos hacer pero que nos vimos forzados y que nos proporcionó sensaciones nuevas, que no creemos del todo correctas... Animo

Peor es mi memoria emotiva capaz de hacerme revivir en forma real mis mas tristes recuerdos y los dolores de estomago que me produjeron...

A pesar de todo un gran recuerdo...
Un abrazo

josue_rrobles dijo...

Excelente post, como muchos en tu blog, me hizo pensar en los gatitos que muchas veces he botado en la zanja, y que me han causado diferentes sensaciones, como las que describes
Un abrazo

KAMELAS dijo...

Por lo menos hiciste algo mas que estar sentado en casa jugando a la videoconsola.

Me pregunto que recuerdos les quedaran a los crios de hoy en dia.

Luis Amézaga dijo...

¿Qué harías hoy?

Bito dijo...

Hiciste eso justamente porque eras un niño, y con la muerte no se dramatizaba como ahora, o bien no se idealizaba la vida.

De niños siempre experimentamos con la muerte, uno corta la cabeza a la lagartija y se queda boquiabierto mirándola, sí, casi disfrutando de eso tan inexplicable que le está sucediendo. Uno quema hormigas, da de fumar a sapos y en todo ese proceso se regodea... hasta que un día muere nuestro perrito, nuestro abuelo o lloramos con Bambi, y entonces la muerte pasa a ser ese tabú que ha de evitarse a toda costa.

Posiblemente ahora no lo harías, se te encogería el corazón, pero con esa edad estabas demasiado flipado viendo como morían como para pensar en que sufrían, no creo ni que se te ocurriera. Sinceramente, tu forma de actual me parece de lo más normal y sana en el crecimiento de una persona.

Sol dijo...

Replicante:

Necesito ayuda con un problema de expresión... puede que tu me ayudes... pero te escribire a tu mail mejor...
Un Abrazo
y gracias por tu blog, no me canso de leerte...

Anónimo dijo...

Hazme el favor de q cuando la temática sea no apto para productos (sea, personas) crecidos salidos de la Disney (sea, yo) pongas una advertencia al principio, me vendrá mejor no leerla (ignorar la realidad, qué bonito). pero conste q yo era de las q espantaba al gato y salvaba al ratón, dándole además un trozo de queso para él y su familia...
TODO ES CULPA DE LA DISNEY!