Dicen que el tiempo pones todas las cosas (incluidas las carnes) en su sitio.
La verdad que te recuerdo como una chica realmente guapa. Guapa, popular, todos los chicos comiendo de tu mano. Tan triunfadora que eras la viva imagen del desprecio. Desprecio por los demás, desprecio por todo lo que no eras tú y tus caderas, risas, alboroto en clase y Wonderwall de Oasis.
El alma del grupo de los que tenían nombre. Ni calientapollas se te podía llamar, estabas a otro nivel. En todos los institutos siempre ha habido alguien como tú, es una ley divina, la jefa de las animadoras tiene que salir con el capitán del equipo de fútbol. Pero tú, además, despreciabas, presumías, flotabas, Princesa.
Ahora las cosas te han devuelto a la tierra. Te vi flácida, piel parda y sin brillo, sombras oscuras en la cara. Lo cierto que no me dio pena ver esas manos esqueléticas y manchadas de limpiar la mierda del gilipollas con el que acabaste, después de todo el secreto está en saber elegir, más que en tener donde hacerlo. Ahora dirás que vives por tus críos, que estos son tu fuerza para vivir, cuando esas caderas ya no dan para más.
Ya la cosa no está para desprecios.
La verdad que me lo he pensado mejor. No me das pena.
6 comentarios:
Turbada. me siento casi desorientada, casi triste después de leerte... No, yo nunca fui la chica guapa de la clase (a lo mucho llegaba a ser la cosa rara que leía comics)Pero si hubo muchas que lo fueron, o quizá una sola, con muchos rostros y muchos nombres. El tiempo pasa, la vida da vueltas y esas ilusiones de diosa griega caen como plomo. ¿Donde estarán ahora las ilusas ilusiones?... Un gran abrazo, ya he regresad a dar lata....
¿Te dió calabazas? :)
Curioso. Justo ayer estaba intentando imaginar dónde habría acabado la escoria con la que fui al instituto. La mayoría calvos/demacradas y por su segundo hijo, probablemente.
Hmmm, si. Valdría la pena volver a echármelos a la cara.
Por cierto, cuidado no vuelva a diluviar; va a estar jodido evacuar La Laguna con ese foso que han cavado alrededor...
Pues si, aunque a veces se vea imposible, al final, el tiempo siempre pone a cada uno en su sitio. Y así siembras, así recoges...
Me da tanta pena a mi, como ver ahora a los que dabamos collejas en el instituto a todas horas. Verlos con ese aire de superioridad que viene con la nómina de 100.000 euros, pero en el fondo y bajo su nueva fachada siguen siendo los tontones de los que todos nos reiamos, con mucho dinero si, pero poca vida vivida, pocas mujeres conquistadas, tristes, igual de miedosos y cobardes que se escudan en un fajo de billetes para disimular sus defectos.......
Seguramente sea mejor haber sido la reina del Instituto una vez que no haber vivido nunca
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