Si bien Arthur C. Clarke no era ninguna novedad en mis hábitos lectores, he de reconocer que ando últimamente con el ingnorante subido, y no tenía ni idea de la existencia de esta novela, "El fin de la infancia", hasta que me la regalaron.
Desde el principio, adictiva, rápida, intrigante, inteligente, una delicia para las mentes curiosas. Misteriosos extraterrestres, de aspecto desconocido, de intenciones desconocidas, llegan a la Tierra en plena guerra fría y nos sacan del pozo de mierda sin pedir nada a cambio. Solo nos piden una cosa. Que no seamos muy preguntones.
Aquí es cuando uno empieza a evocar múltiples historias similares, desde la serie de televisión "V", hasta películas como "Independence Day" o la mismísima "Contact", basada en una novela del gran Carl Sagan. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
La novela está sembrada de giros, de situaciones inteligentes e inquietantes que nos hacen pensar en cosas realmente sugerentes. En ocasiones tenemos la impresión que leemos algún topicazo, pero si pensamos en el año que fue escrita la novela (1953), tomamos conciencia de que toda suerte de topicazos que sufrimos en la Sci-Fi actual, bebe de fuentes como esta, pionera. El resto, imitaciones.
Como punto negativo, la manera de resolver la intriga a la que nos someten los Overlords (¿les suena el nombre?). Para gustos colores, dicen, pero para mi, la forma de resolver la trama le quitó de 1/2 a 1 estrella en la valoración final.
Mejor juzguen ustedes mismos.
Desde el principio, adictiva, rápida, intrigante, inteligente, una delicia para las mentes curiosas. Misteriosos extraterrestres, de aspecto desconocido, de intenciones desconocidas, llegan a la Tierra en plena guerra fría y nos sacan del pozo de mierda sin pedir nada a cambio. Solo nos piden una cosa. Que no seamos muy preguntones.
Aquí es cuando uno empieza a evocar múltiples historias similares, desde la serie de televisión "V", hasta películas como "Independence Day" o la mismísima "Contact", basada en una novela del gran Carl Sagan. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
La novela está sembrada de giros, de situaciones inteligentes e inquietantes que nos hacen pensar en cosas realmente sugerentes. En ocasiones tenemos la impresión que leemos algún topicazo, pero si pensamos en el año que fue escrita la novela (1953), tomamos conciencia de que toda suerte de topicazos que sufrimos en la Sci-Fi actual, bebe de fuentes como esta, pionera. El resto, imitaciones.
Como punto negativo, la manera de resolver la intriga a la que nos someten los Overlords (¿les suena el nombre?). Para gustos colores, dicen, pero para mi, la forma de resolver la trama le quitó de 1/2 a 1 estrella en la valoración final.
Mejor juzguen ustedes mismos.
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