Llega un momento en la vida de todo hombre que sacrifica lo más importante en la vida para lograr un objetivo. Yo he sacrificado los ahorros de un año para comprarme un puñetero vampiro de color verde metalizado.
Supongo que comprarse el primer coche es un status, el abandono de la niñez (con 27 años). A cambio del dineral que se suelta y el cancer que supone mantener este engendro, algo se gana. Se gana en independencia, autonomía, status, y sobre todo se consigue un asiento de atrás.
Un profesor mio decía que uno no es adulto hasta que abandona el techo familiar y se mantiene por sus propios medios. Mientras tanto, se es un adolescente tardío. Bueno, ya he dado el primer paso para abandonar la adolescencia.
4 comentarios:
Hale, hale, a devorar kilómetros y quemar gasolina, cuidadín no te vayas a emocionar y te salgas de la isla
Ahora tendrás que hipotecar el coche para echarle gasofa, y luego pensar dónde quieres que te lleve ese transportador humano. Cuando sepamos eso, sí que seremos adultos.
Uys y para qué quieres un asiento de atrás?? :o)
Jajajaja, ahora necesitas una mantita...sino, con este frío no se yo cómo vas a estrenar como dios manda ese coche!!
;-) un abrazo, encanto.
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