martes, mayo 23, 2006

¿Una más?

Con ese papel de haberlo visto todo que me gusta creerme, entro en la habitación del última paciente a valorar, una más, de las que probablemente signifiquen poco más que una semanita en mi bandeja "cajón de sastre" como periodo de transición, 5 folios y 40kb en el disco duro.

Una señora bien peinada me esperaba en su cama, con su camisón de esos blancos con mangas y cuello bordado y sus sábanas blanco hospital. Valoración rápida, a esta le queda poco que poderle valorar, tal vez pueda empezar su informe esta misma tarde.

Tiempo tengo para observarla. La misma piel blanca, con esas pecas en las manos de vejez, detergentes y fregar a mano, esos hombros tersos, sin una peca, sin una arruga, pálidos como su pecho de haber sido protegidos durante toda una vida de censura y recato. También ese pelo rubio, de raíz delatoramente blanca que indica un tinte que tristemente intenta ocultar unas canas. Canas nadie verá ya más de puertas para fuera.

Cómo se parecen, pienso abandonando la habitación, cuanto me quedará a mi para enfrentarme a eso. Cuanto se parece a ella, que tanto comparten, salvo en mis atenciones. Qué haré, cuando la cama no la ocupen 5 folios de informe, sino aquella que me hizo un hombre, gracias a esas manos manchadas de vejez.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito, cuanta sensibilidad tiénes. Núnca comento, pero,hoy me has llegado al corazón. No pienses más, porque lo que tenga que venir vendrá,entonces haras lo que puedas y nada, te impedira que lo pases mal hasta que lo aceptes.Mientras vive y dejala vivir. No sufras antes de caerte, no lo merece nádie.
GRACIAS por los buenos momentos que paso leyendo tus blogs









q

Anónimo dijo...

XD
¿Estamos sintonizados?

Pasate por mi casa y mira el ultimo post, escrito mas o menos a la vez que el tuyo.

Anónimo dijo...

corrijo, el penultimo.

Luis Amézaga dijo...

Cada vez nos parecemos más a nosotros mismos. En una cara, todas.

Deyector dijo...

A mi me da miedo pensar cosas así, no tanto por mi como por ellos

Garrapata dijo...

¿Qué harás? Aceptarlo. El tiempo avanza inexorablemente. Pretender que así no sea sólo logrará prolongar la agonía. Como en tu cabecera comentas, nuestra vida es corta. Y nuestros lamentos, perecederos.

Blackwidow dijo...

Yo no se que haré...