miércoles, noviembre 03, 2010

La Ventana. Parte 2


Aquella primavera anunciaba un año muy duro para su madre. La brisa primaveral entraba haciendo ondular la cortina. Tendría un fantasmagórico aspecto si no fuera por el radiante perfume de naturaleza recién estrenada que nos traía nuestra ventana abierta. Pudiera parecer que aquel simple orificio en la pared llevaba y traía los males de la caja de Pandora. La llegada de una nueva estación hacía su entrada triunfal.

El hermanito era muy pequeño aún, no tenía ni dos años por lo que todos se empeñaban en contabilizar su edad en meses. Dieciocho meses, 17 de los cuales los había pasado de hospital en hospital. Siempre tenía aspecto enfermizo. Siempre flaco y pálido, con su cabeza pelada y esa falta de fuerzas que hacía parecer que le haría un favor a todos, especialmente a él mismo, muriéndose de una vez y dejándose de indecisiones.

- ¿Se va a morir? - preguntaba el niño aquella mañana, una vez más, a la salida del hospital.

- ¿Te gustaría? - contestaba su madre de mala gana.

Aquella escena se repetía con asiduidad para ambos. Madre y niño por igual. El regreso a casa siempre era un auténtico castigo. Ella con los ojos continuamente acuosos, conducía como una loca mientras guardaba silencio durante todo el trayecto de regreso. El niño la miraba a ella y a su hermano, pensando que todo estaba mejor cuando él, el bebé, no estaba en casa. El bebé había traído un montón de problemas.

- ¿Papá se fue porque cuidabas más al bebé que a él?

- ¿Eso te lo ha dicho tu abuela?

Aquella conversación, cambiando los protagonistas se repetía continuamente los días que tocaba médico. El resto del día era accesorio, no pasaría nada que se saliera de este guión durante horas.

***

1 comentario:

Dr.Gonzo dijo...

Esta historia promete un soplo de melancolía entrando por mi ventana de Microsoft! Esperando quedo a la tercera parte.