domingo, abril 17, 2005

Regreso

Finalmente he vuelto de una pieza de mi aventura congresista. En resumen, terminó mucho mejor de lo que comenzó, lo cual sería mejor olvidar si no valiera la pena conservarlo como anécdota.
Tras un espantoso despegue camino de Barajas (al llegar me entraron ganas preguntar al piloto por su madre), llegamos al susodicho aeropuerto de marras causante de todos mis males. Para empezar, primer problema, el compañero que había organizado nuestro alojamiento sufre una avería del avión, no puede salir hasta muchas horas más tarde, problema, no tenemos ni el teléfono del hotel, ni la dirección, y llegaremos tarde y no tenemos forma de avisar para que nos guarden la reserva. Un problema añadido es que el hotel se tenía que llamar Hotel Valencia, joder, no habrá hoteles Valencia en la ciudad de Valencia...

Justo a falta de 5 minutos para que se caduracara la reserva, logramos localizar en teléfono del hotel, gracias a internet, el teléfono de información, dos mapas y una suerte de narices. Felices y contentos, marchamos hacia la puerta de embarque, allá vamos, pero..., a pocos minutos de la hora de salida del vuelo, me doy cuenta de una sutil ausencia ¿¿EL POSTER, DONDE ESTÁ EL POSTER??. A correr como un loco hacia algún punto del aeropuerto donde me haya dejado olvidado el poster que debía presentar al día siguiente y el cual era el motivo por el cual viajába a Valencia. ¿Se han dado cuenta lo GRANDE que es ese aeropuerto?. Corre para un lado, corre para otro, pregunto a todo el mundo, mi tutor me llama por teléfono como un loco diciéndome que el del aeropuerto los amenaza con dejarlos en tierra si no embarcan. Renuncio, que le voy a hacer, a correr para el lado contrario dirección a la puñetera puerta D60, en la otra punta del aeropuerto. Cuando llego, ya casi era tarde, y me lanzo como un loco hacia la puerta. Entrar, entré, pero aún me duran las agujetas del sprint, y yo sin poster...

Tras el indicente, he de decir que el resto del día no mereció ser vivido.

Ya en el congreso, todo bien, salvo el dilema de ¿como voy a solucionar el problema de la falta de poster?. Solución de urgencia, un hand-out, una imprenta y a ver como queda una fotocopia a tamaño 120x90 de un original din-a4.

Día de poster, llego con mi rollo de papel, media hora antes que todo el mundo, elijo sitio, el último rincón de la sala, escondido al lado de un poster ladrillo de mi compañero de viaje, seguro que no se acercan a él con semejante tueste, y menos a mi...

Pues no, pasó por mi "poster" como que medio congreso, y ¡tachán!, debe ser porque les dí pena, pero fue un rotundo éxito, intercambio de emails, comentarios, consejos bidireccionales, y un montón de gente interesante que conocer. Gente de todo sitios y de todos los idiomas, después de todo, mi inglés no es tan malo. Pero lo malo eran las conferencias. ¿Si el 90% hablamos español, qué hacen todos hablando en ingés?, peor aún ¿si los que no sabemos inglés nos tragamos las conferencias en inglés, porqué los que no sabían español, se daban a la fuga en las conferencias en la lengua de Cervantes?. En mi pueblo se llama falta de educación.

Y al fin de regreso, con una gran impresión de esta ciudad, aunque solo pude verla de ida y venida al congreso, no hubo tiempo para más. Y ya en mi tierra, miro las fotografías, y descubro algo que hace que ahora mismo me quiera tirar, por la ventana, no lo hago porque vivo en un piso bajo...fijense en la flecha de la fotografía:

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Por cierto, muy guapas las valencianas ;-)

3 comentarios:

scape95 dijo...

Me alegra que todo saliera bien, a pesar de todo ;)

Anónimo dijo...

Yo también me alegro. En cada viaje siempre pasa un imprevisto, pero bueno la capacidad de poder resolverlo es lo importante :o)
Ahora hasta el próximo. Bienvenido

Luis Amézaga dijo...

Ahí está, sí señor. Perdido y a la vez inmortalizado.